El polígono tiene dudas y no sabe responderse. Se siente triste y le pregunta a su apotema.
Apotema, apotema, cual vendría a ser mi área?
Eso depende, dice la apotema, habría que ver cuantos lados tenés para calcularlo. SI te quedaras quieto.
Algunos días el polígono se siente un paralelogramo y otros un trapecio. Pero lo que el polígono ansía, desde pequeño, es ser un triángulo.
Pero no un triángulo cualquiera sino uno isosceles. Con catetos bien definidos y todo.
Solo por joderle la vida a Pitágoras.
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