septiembre 14, 2006

Manera de hacer las valijas

Se pone un calzoncillo, un par de medias, un libro de Leopoldo Marechal (el Adán Buenos Aires estaría bien), el cepillo de dientes y un buzo de media estación.

No se va a poder quedar mucho donde haya elegido ir. Pero el equipaje no le va a molestar.

4 comentarios:

Merlino dijo...

Los servicios qeu ofrecen los hoteles deberían incluír la totalidad de nuestras necesidades.
Desde el cajoncito con medias hasta una biblioteca en la pared qeu divide la habitación del baño.
Y además en el lobby y en el bar del susodicho debería haber "contratados" amigos que nos escuchen hablar y señoritas qeu nos acaricien la cabeza cuando contamos nuestras penas.
¿no es suficiente equipaje nuestra propia historia?

Volante de enganche dijo...

yo pensaba en algo mas o menos por el estilo. viajar desprovisto de los elementos que uno tiene en casa y que todo estuviera en la habitación del hotel.
nuestra propia historia es un equipaje que si uno lo sabe llevar no pesa casi nada.
imagino que no se dejará tirado por ahí el recuerdo del primer beso o el ojo morado de la piña que recibió en 5º grado no?

Anónimo dijo...

A usté no le pesará su propia historia porque es joven, joven. Yo tengo que cargar con todas las travesuras que hice de chico, tods los libros de Agatha Christie que leí en la adolescencia, todos los discos que escuché hasta recién, todos los besos que me dieorn y que dí y ... bueno, no quiero seguir porque para una tangente es bastante ¿no?

Anónimo dijo...

también tendría que haber un lugarcito en donde dejar por un rato ese bagaje de historias, aunque sea por un yatito y asi disfrutar mejor las vacaciones y dejar de pensar tanto en aquello o lo otro, y además debería haber una buena cantidad de analgesicos por si la cama resulta incomoda, porque eso pasa