La puerta se abrió despacio. Hizo un leve ruido, sin embargo. En las sombras del cuarto Sabrina escribía sus conjuros en forma de recetas. Anotaba en papelitos su artilugios.
Me intuyó a su lado.
Generalmente, cuando ocurría este tipo de eventos, el que la descubría terminaba convertido en algún mueble viejo.
Pero esta vez no pudo hacer nada.
Los que están enamorados al pedo engañan a las brujas y magas y se quedan quietitos.
Como si fueran un velador viejo, un pizarrón o un chifonier.
Cuando Sabrina se duerme recostada sobre sus apuntes, aprovecho y le robo un par de trucos.
Aún no me he animado a usarlos, pero quien te dice.
septiembre 15, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Gracias. Lo de Sabrina no fue por la maga de la tele americana. Fue porque es un nombre musical, aunque ahora que lo pienso, suena mucho a gato. Mmmmm.
uyy!! yo dije: Sabrina..magia, seguro que algo tiene que ver con esa serie cuyo gato me parece de lo mejor de la televisión, casi como el mayordomo de la niñera ;-)
se agradece su participación.
No se arriesgue, probablemente cualquier hechizo que haga se le vuelve en contra. Besote!
me lo va a decir a mi? he probado varios hechizos y no hubo caso grrrrrr
besote? y si invita unos mates que hace como 1 año que no la veo?
reverencia para ud.
Publicar un comentario