Nunca me daba cuenta de que mirando por la ventana lo vería todo. De un saque la belleza estaba ahí. Para mí.
El Sol bañando las laderas, la cerrazón, el cauce del río casi seco por la falta de lluvias.
Simple.
Y después no me creen que la felicidad se vé por entre las rendijas de la persiana, detrás de los nogales y lapachos.
Habitación con vista a la montaña y el valle, cama de una plaza. Una lástima.
octubre 10, 2006
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